Alberto Herrera, un campesino de la vereda La Balsita, no lejos de Dabeiba, Antioquia, nunca imaginó que sería protagonista de la obra 900 del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial -PDET-, una herramienta que va a cambiar la vida de millones de colombianos afectados por la violencia y la pobreza.
Él representa la voz de muchos cultivadores que le han apostado al desarrollo de sus regiones y a la búsqueda de oportunidades con las iniciativas PDET: “Apenas me contaron del proyecto, lo primero que hice fue sentarme en la casa y me puse a hacer cuentas. De ahí para acá dije: ese proyecto hay que apoyarlo. Ahí no hay que pensar más nada, acá nos están poniendo de papayita un proyecto que nos va a cambiar la calidad de vida”. Esa fue su reflexión. Hoy, las ilusiones se hicieron realidad.
Pero el cambio no sólo fue para Alberto: otros habitantes de la región se alegran por la puesta en funcionamiento de una planta de beneficio de café cereza a pergamino seco de Dabeiba, que tiene capacidad de procesar 30.000 kilogramos del producto, beneficiando 374 familias. Esta planta es la obra PDET 900.
Un futuro mejor es el anhelo de muchos colombianos que vienen trabajando hombro a hombro con administraciones municipales, departamentales y autoridades nacionales, para que los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial sean una realidad. El gobierno del presidente Iván Duque está “jugado” con los PDET, y ya se han gestionado $4.9 billones para su ejecución, a través de la política de Paz con Legalidad.
El compromiso del Gobierno nacional no es una tarea menor. Son 6.6 millones de colombianos que habitan las regiones más golpeadas por la violencia y la pobreza, y por eso, en el marco de la política de Paz con Legalidad del presidente Iván Duque, se han trazado metas claras en busca del cumplimiento de las iniciativas que los habitantes de 170 municipios han considerado como necesarias.
Estabilizar y consolidar los territorios priorizados en el marco de los Acuerdos de Paz ha exigido romper con la lógica de pensar el país desde el centro. Por eso la construcción de los PDET se hizo con la participación activa de los habitantes de las regiones y con representación de amplios sectores. Agricultores, ganaderos, industriales, autoridades civiles y militares, representantes de centros educativos, gremios, asociaciones y juntas de acción comunal, entre otros, se comprometieron en
jornadas de planeación a determinar desde el nivel veredal hasta el regional, cómo debía ser el desarrollo de la región.
La transformación de los territorios se viene haciendo a través de ocho pilares definidos para la planeación: ordenamiento social de la propiedad rural y uso del suelo, infraestructura y adecuación de tierras, salud, educación rural y primera infancia, vivienda, agua potable y saneamiento básico, reactivación económica y producción agropecuaria, garantía progresiva del derecho a la alimentación, y reconciliación, convivencia y construcción de paz.