Con una sonrisa mágica, un abrazo fuerte y la calidez única de la gente del campo, nos recibió Yuri Marcela Mendoza en su territorio, ubicado en el corregimiento de Calarma, de Chaparral, municipio PDET del Sur del Tolima.
Allí, en medio de montañas cafeteras, las mujeres decidieron trabajar de manera conjunta para transformar su territorio, que fue azotado por la violencia y así brindarles a sus hijos un mejor futuro.
Yuri es madre cabeza de familia, caficultora, lideresa y la secretaria de la Asociación de Mujeres Organizadas de Calarma, una de las organizaciones que hacen parte de la Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz, que integra a más de 25 asociaciones del Sur del Tolima y quienes trabajan por la equidad de género, el liderazgo de las mujeres y contra la violencia.
Caminando el inclinado cerro de Calarma, los paisajes dan una sensación de paz, sentimiento que se engrandece al escuchar los relatos de las mujeres campesinas que integran las asociaciones de Asopromix y Amocal. A pulso han cambiado su papel de amas de casa para convertirse en emprendedoras y caficultoras.
En medio de un proceso marcado por la resiliencia y la sororidad, los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial –PDET-, llegaron a aportar al trabajo asociativo y de empoderamiento que desarrolla la Red de Mujeres Chaparralunas por la Paz, permitiéndoles liderar la construcción de iniciativas con enfoque de género que fueron plasmadas en el Plan de Acción para la Transformación Territorial – PATR -, y brindándoles la oportunidad a muchas de ellas de tomar la vocería de sus comunidades en este proceso de construcción.